Con ellos pasan mucho tiempo y con los adultos?

lunes, 30 de mayo de 2011

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Los chicos y la TV: cómo hacer de la pantalla una herramienta de aprendizaje

Los dibujos animados también educan

Los especialistas afirman que algunos programas infantiles transmiten valores y conocimientos

Lunes 29 de julio de 2002 | Publicado en edición impresa

 
 
Los dibujos animados también educan
Durante las vacaciones, la televisión suele ser el recurso que más utilizan los padres para entretener a sus hijos.  / Martín Lucesole
Tres, cuatro o cinco horas diarias. Los chicos argentinos -y más aún en vacaciones- se pasan gran parte del día frente a la televisión, capturados por los dibujos animados.
Y si bien esta programación, que apunta mayormente a entretener, presenta muchas veces exceso de violencia, de competitividad malsana y de destrucción -como los casos de Pokémon y Dragon Ball Z -, reconocidos especialistas opinan que algunos dibujitos pueden ser también muy instructivos, didácticos, transmisores de valores positivos y útiles para desarrollar la inteligencia emocional.
Sobre todo aquellos que están dirigidos a los menores de cuatro años. Y, por lo mismo, creen que los padres deben aprovecharlos para que sus hijos aprendan ciencias, matemática, medio ambiente y valores para encarar la vida y para metabolizar cuestiones cotidianas.
Eso sí, dan algunos consejos para padres, tales como que los chicos no vean más de dos horas de dibujos por día, que los programas sean preseleccionados por los adultos y que luego ofrezcan una lista para que los niños elijan, que elaboren entre ambos el contenido que se vio y que se ejercite el juicio crítico con los chicos mayores de ocho años.
"Para identificar valores en los dibujos animados hay que alfabetizar la inteligencia emocional de los chicos y ejercitar, entre otras cosas, la identificación del sentimiento (nombrar y describir los sentimientos que surgen en el dibujo animado) y, luego, la empatía con los personajes", explica Glyn Stork, capacitadora en el área de inteligencia emocional y madre de dos adolescentes.
La psiquiatra Graciela Peyrú, autora del libro "Papá, ¿puedo ver la tele?" (Paidós), señala que los pequeños al ver los dibujos incorporan cosas valiosas. Las dos más importantes: enriquecen el vocabulario y los ayudan a socializar con otros niños.
También cree que los pequeños aprenden diversos roles; se vuelven activos y curiosos. Pueden decodificar iconos, y como los dibujitos incorporan historias discontinuas, ya desde los tres años saben integrar relatos parciales en uno unitario. Aprendizajes que, hay que admitir, no son poca cosa.
En la oferta actual de la TV, el más aconsejado por entendidos y padres es el canal Discovery Kids, con programas como Plaza Sésamo , Teletubbies o Animales asombrosos , que -consideran- transmiten un contenido comprometido con la educación, temas de lectoescritura y matemática y valores como la amistad, la no discriminación, el trabajo, la lealtad, el respeto por la naturaleza y el cuidado por los animales.
Según Peyrú, una investigación de las universidades de Harvard y Columbia indicó que si los chicos de cualquier clase social ven todos los días Plaza Sésamo (donde están los Muppets), realizan un mejor aprendizaje en los dos primeros años de la primaria.
Los especialistas también destacan algo de la programación de Cartoon -sobre todo lo que se transmite por la mañana, para chicos de 3 a 6 años- y de Nickelodeon. En cambio, notan un déficit en los dibujos animados destinados a los mayores de 8 años, que suelen ser muy agresivos y groseros.
Expertos de la Fundación Majdalani, que se ocupa de diseñar proyectos educativos sobre temas relacionados al desarrollo moral y emocional de los más pequeños, afirman que el problema es que los mejores contenidos están en horarios ridículos, de 7 a 9 (Cartoon sobre todo), cuando la audiencia es casi nula.
Amortiguar lo violento
El peligro mayor sobre el cual advierten es el exceso de violencia en casi todos los canales. Sin embargo, María Seitún de Chas, psicóloga especialista en niños con orientación a padres, piensa que ya que "algo de agresión en los dibujos animados es inevitable", los padres deben perder el miedo porque los chicos experimentan la agresión dentro de sí.
"El camino más corto para una buena integración de estos aspectos es que puedan verlos, jugarlos, representarlos. La hostilidad elaborada y trabajada pierde fuerza", dice Seitún.
El exceso de violencia, por supuesto, es rechazado por todos. Según datos de Fund TV, en promedio, los chicos argentinos ven cuatro horas de televisión por día y los programas infantiles emiten 20 escenas de violencia por hora. Por lo tanto, entre los cuatro y los diez años, la memoria visual de un niño habrá acumulado 85.000 actos violentos.
El impacto de estas imágenes puede ser amortiguado a través del diálogo con un adulto. Sin embargo, las investigaciones que aporta Fund TV muestran que el número promedio de minutos que los padres se toman para mantener una conversación significativa con sus hijos es de 38,5 y, en cambio, los chicos dedican 1680 por semana a ver TV.
"Lo importante es que los programas no pongan a la violencia como camino eficaz para llegar al éxito", señala Sara Shaw de Critto, presidenta de Fund TV. "La televisión debe ser vista como un marco cultural compartido, como un elemento que favorece el diálogo en la casa", dice Shaw.
La especialista advierte también sobre el daño que produce la rapidez de las imágenes: "En muchos casos, la pantalla va más rápido que el proceso de asimilación de un chico", afirma Shaw.
Por Agustina Lanusse
De la Redacción de LA NACION


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