Con ellos pasan mucho tiempo y con los adultos?

martes, 31 de mayo de 2011


Sugerencias de mamá: tratemos de que nuestros chicos vean dibujitos en los cuales la familia sea el eje, me encanta ver como los papás de Caillou lo contienen y lo educan con amor paciencia y la simplicidad de las grandes cosas, al igual que en las Aventuras de Franklin. Sin gritos, sin violencia como tantos otros, recuerdo cuando yo miraba Los Supersónicos o Los Picapiedras, eran familias especiales que estriotipaban un modelo que no tenemos que perder de vista. Voces chillonas, papás y mamás desamorados, premios y castigos, malos modales son algunas de las cosas que encontramos en la televisión diaria. Mi reflexión es: no será mejor que lo exabruptos; los gritos y todo aquello favorezca la intolerancia, el desamor, las malas costumbres lo  apartemos del camino, no para criar a los chicos alejados de la realidad, sino para preservar su niñez de lo que inexorablemente conocerán con el tiempo.
 
Opiniones:

1 comentario:

  1. La sugerencia de esta mamá es interesante, pero no está exenta de polémica. ¿Hasta qué punto debemos alejar de la realidad a los niños; de lo que consideramos "feo", creyendo que cuando sean grandes esas cosas van a descubrirlas por sí solos?
    Graciela Montes, una prestigiosa escritora argentina, en su libro "El corral de la infancia" ha señalado que en nombre de la pedagogía, en distintas épocas se ha intentado alejar al niño de la fantasía "desmedida", como de la realidad "sin recortes ni maquillajes"y se ha creado una literatura, destinada al niño, "de corral". Siempre estamos pensando en lo que la realidad "debe ser" y no en lo que es. Por eso, dice la autora, ubicamos al niño dentro de un corral, ¿o una burbuja, quizá? Ese manejo de la pareja realidad-fantasía le permite al adulto ejercer tranquilo y seguro poder sobre los niños. Podemos así, mantener a los chicos en el corral dorado de la infancia. Sin embargo, afirma la autora, a pesa de todos los esfuerzos controladores, tanto la "fantasía descontrolada" como la "cruel realidad", se cuelan dentro del corral. ¿Dónde aparecen? Están en los juegos de los chicos, están en los disparates, en las retahílas, en los viejos cuentos y en algunos libros que burlaron la vigilancia de los pedagogos y circularon con sus locas fantasías y sus intensas realidades por todas partes.
    Todavía son muchos los que piensan que no hay como un "buen sueñismo bañado en realismo mentiroso" para mantener a los niños donde deben estar, en el corral de la infancia. ¿No habría, entonces, que repensar estas cuestiones?
    Diana

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